Don Clock y la rutina diaria de los aparatos olvidados

María Luna es una niña de diez años que cada día y después de sus clases, sale a la calle, a la acera, a escribir cuentos fantásticos donde los personajes son los aparatos olvidados que están confinados en un cuarto de la casa en donde vive con su familia. La inspiración para escribir viene de la relación con su abuelito, fallecido dos años atrás. Los objetos en escena toman vida, a partir de las ocurrencias de María Luna, mostrándonos como sería un día cotidiano de aquellos seres fantásticos, cargados de melancolía, de cierta vejez y también de los recuerdos que van quedando a través del tiempo. DON CLOCK Y LA RUTINA DIARIA se convierte así en una metáfora poética de cuatro seres ficcionados: Don Clock, La señora Plancha Antigua, EL Señor Tv en Blanco y Negro y El Abuelo Radio Am. Quienes a través de sus acciones en un teatro de máscaras y de silencio, dan vida a la historia escrita por María Luna.

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