En "La isla desierta" (1937), Arlt se refleja un poco asimismo por el exceso de trabajo, la rutina. En la obra, seres autómatas, están en una oficina, está el gran ventanal y están soñando con el viaje, el escape. El raje tiene muchas formas: o tomar un barco o fumar un pucho. Rajar, es no aguantar más, en una cultura invivible. Esos son los personajes de Arlt. Hasta que llega alguien que lo embala tocando el tambor. Todos los empleados de la oficina empiezan a bailar. Es la ruptura, se vuelven salvajes y reniegan de la cultura burguesa. Hasta que llega el jefe y se acabó la libertad, hay que volver a la rutina. ¿Qué triunfará la rutina o la libertad? Este es uno de los dilemas fundamentales de Arlt, que ya está cuestionando, está corroyendo los valores del discurso institucional.
Grupo de Teatro del Centro de Jubilados de Paso de la Patria
- TEATRO DE LA CIUDAD (2010)