Sucede lo que pasa

Teresa y Tito son dos hermanos que viven en una casa pobre, donde transcurre la acción. No sabremos nada de su vida familiar ni del pasado de estos personajes, pero intuimos por su accionar, por sus actitudes, una historia de abandono, de soledad y de abuso.

Su relación es aparentemente muy infantil, usan constantemente el juego como recurso para ocultar o para apartar la dolorosa e ineludible realidad que les hace daño. Teresa finge parálisis, calambres, ceguera, imagina que espera invitados, que es princesa y entonces camina erguida con un chal que le queda demasiado largo. Este juego, como la risa y el canto, es grotesco, absurdo y perverso a veces (con él manipula a los hombres que la rodean porque no puede amarlos), pero también es un poderoso antídoto contra el sinsentido, el fracaso y la muerte. En el juego ella puede "manejar las cosas a su antojo" ensaya su libertad: Teresa no se entrega a pesar de que así podría tener sustento cuando falte su hermano.