Compañía

En Compañía el conflicto oscila entre "lo que se debe hacer", sus estructuras y los mandatos por un lado, y el deseo, las fantasías y las pasiones por el otro. El texto de Rovner rompe con esas estructuras y nos habla en este caso del contraste de una pareja entre su esencia y su propia existencia, del enfrentamiento del deseo con las estructuras culturales, sobre las costumbres de las personas, sobre sus soledades y sobre sus hipocresías. Nos lleva en definitiva a cuestionar muchos de los "supuestos" que tenemos en nuestras vidas.

Ejes de trabajo para la puesta en escena“

Cuando nos enfrentamos y tratamos de organizar "las invariables de la puesta en escena" la primera que se me viene a la mente es la acción y ese justamente fue el eje principal con que se construyó esta obra. Según como se iban vinculando estos personajes se iba construyendo la obra y de ahí también salieron decisiones sobre la escenografía y demás. Materializar la literatura de Rovner es todo un placer y eso también lo sintieron los actores al ponerle el cuerpo a cada personaje. Creo que vamos a extrañar los ensayos. Por suerte pude ser capaz de crear un clima en el cual cada uno, ensayo tras ensayo pudo crear y aportar a ese universo que imaginé al leer la obra. Artistas muy talentosos, muy generosos, gente que ama este oficio y a los cuales estoy muy agradecido. Tomar el timón, fijarse un puerto y allá vamos... es toda una experiencia siempre, cada vez, un montón de decisiones que tomar, una forma de autoridad y al mismo tiempo de contención, renuncia y libertad con el trabajo de los demás. Alquimia muy interesante de transitar

Elección de la obra“

Hay un periodo "romántico" cuando uno encuentra una obra para montar. Uno hace una primera lectura libre, se hace un punto de vista sobre la misma y de ahí parten las primeras imágenes. Después le siguen varias lecturas más "analíticas". Aquí eso no pasó, Compañía me encuentra a mí por una recomendación de Gaby Barrios a Karina Scheps (actriz y productora gral.) que es el motor de toda esta aventura. Confieso que en esa primera lectura no me sorprendió tanto como después si lo hizo a medida que avanzamos en los ensayos. El texto está muy bueno. Rovner nos transporta a un raro clima, las escenas van y vienen en forma sencilla pero contundente. Estos seres son "patéticamente humanos" por decirlo de alguna manera. La obra nos enfrenta a nosotros mismos, nos plantea una realidad más profunda.”

Roberto Lachivita